Sunday, February 24, 2013

Pesadilla de lago


Hoy fuimos al lago. 
El lago apretado debajo del sol frío. 
El lago como un gigante muerto. 
Arriba, el canto de un pájaro que nunca pudimos ver. 
La tarde palpita, acurrucada, arremolinada
sobre el fondo marrón. Hojas, 
sombra de hojas, ramas, 
rebote de sol. 

Temblor de nubes, pájaros invisibles.

Me duelen los lagos. Mirarlos, 
retenerlos duros en las pupilas,
romperlos con la yema de mis dedos. 
Como quien descorre un velo y ve nacer
un pliegue húmedo, una arruga de viento. 
Piel de lago. Caricia de lago.

A esta hora mis ojos recogen el dolor, 
la ancha claridad. Me pregunto 
cómo será el lago de noche. 
Cómo será la tristeza del lago por la noche. 
Animal solo, roto. Sin reflejo, sin nube, 
sin Dios.

El horizonte no existe en el lago. 
El lago es el límite del lago. Hay, en el lago 
un silencio tan frondoso, un silencio de bosque.
Escultura que se calla. Dolor de lago.

Miro su cuerpo doblado 
buscando piedras planas para rebotar 
en la superficie del mar. Rebotar, hundir. 
Tus dedos en mi cuerpo o en el lago. 
Yo también me puse a buscar. Piedras planas 
para rebotar el mar. 
Del cuerpo nace una curva. La curva nace 
al cuerpo. El cuerpo y la curva 
se buscan, se miran en el lago.
Caen las piedras
vuelan, cerradas sobre sí.
Las piedras y la curva, nuestros cuerpos y
el lago rompiéndose.

El pájaro no deja de decir sus cosas. 
El grito del pájaro no quiebra el silencio.
El grito adorna el paisaje con un nuevo
desgarramiento

El lago no sabe del tiempo. Las horas resbalan
sobre su planicie de metal. Los árboles se tragan
la luz, el ruido de la luz. Estoy en casa.
Es de noche. Pienso en el lago. El lago 
dentro de la noche. Cierro los ojos. El lago 
dentro de los ojos. De dónde
este dolor de lago. Esta pesadilla de lago. 
Acostada, triste, como un cuerpo de agua,
sin testigos, sin árboles. Sin cielo,
sin Dios. Sin pájaro visible o
invisible.

Hoy fuimos al lago. 
Fuimos para detenernos 
frente a una tristeza 
que a veces 
se nos pierde. 

Una tristeza-animal que siempre hay que ir buscar 
en el fondo del lago.


















Debajo de mi orgullo
una mariposa baila,
ríe, batalla.

(Las niñas-orquídea siembran sus esquinas
dentro de la noche.)





Wednesday, February 20, 2013

le digo que hoy no me salen los poemas y se pone a tocar el piano. al fondo se escuchan las noticias. cuatro mujeres hablan del aborto en una mesa redonda. hay mujeres de todos los colores mirándose con calma y con violencia. hablan, ellas, de la probable probabilidad de lo que no nace. él toca el piano. las palabras no nacen. yo nací un 16 de enero. pero la poesía no nace, este día, no nace. cesa el piano. cesan las noticias.




Como un cisne

luces
por la noche también
todas las cosas
se cubren de luces

sueño con el cuello largo de una muchacha larga
sueño con el cuello largo, encendido de tardes y de noches
arrastrando besos, canciones, fuegos
sueño con los muslos de una muchacha parecida a mi
so yo, la muchacha que no fui, la que sueña a la muchacha que es
larga y blanda, sentada al borde de mi cama
con su cuello: adorno terrible, mapa infinito
fe de cuello largo, piernas largas, mirándome con la misma calma
que han mirado todas las criaturas sagradas.




la vibración adentro, en el centro del pecho, como un animal enorme respirándote ahí. subes el volumen para sentirla más. afuera se sabe que hay silencio. los caballos siguen en su inexplicable rito de colas agitadas y miradas aplanadas. el campo no existe. ninguna de estas cosas existe. sólo el aleteo de la sangre cada vez que esa nota golpea adentro. te quiero apretar la mano para que entiendas que la música soy yo. que me he convertido en acorde, que estoy hecha de un silencio tan vasto que se ha dejado poblar por todo este sonido. los cristales como un susurro. intento decir algo, pero todo está vibrando, todo me hala, me vuelvo pura intensidad, fiebre de oído, desposeída sin palabra, envuelta en una clave anterior a la forma. el volumen sigue subiendo. los ojos cerrados siguen viendo caballos pastando, colas agitándose, viento frío, árboles secos. 

Thursday, January 24, 2013

hoy enseñé verbos reflexivos.
los estudiantes ya pueden
levantar(se),
          peinar(se),
               maquillar(se).


no es tan difícil acostumbrarse a las cosas de aquí. la casa nos sueña la rutina. nos sopla las claves de una existencia que a veces, por pequeña, parece insuficiente. y nosotros, pues, nosotros somos mansos, susceptibles, llenos de apaciguada ira.

a veces solo hay que proponerse mirar el cielo, localizar un punto en el cielo, disponerse al viento, a las entrañas del viento. a veces hay que sanar.

ayer tuvimos que sacar una planta de la casa. ayer él y yo tuvimos que deshacernos del cuerpo inerte de una planta. un día fue grande, la planta. un día quiso ser árbol la planta. ayer sentimos su peso verde, sus formas verdes, su plegaria inconsecuente. ayer no lloramos esa partida tan mínima que ahora ha alterado todas las dimensiones de la sala. 

he colgado algunos cuadros para ocultar la torpe ausencia de la planta. los cuadros tienen su historia. una historia más humana que la historia de la planta. 

ahora los cuadros inundan las paredes. pienso en el mar. pienso en un balcón que vi al pasar por la casa del muchacho de los cuadros. pienso en el muchacho que tiene la voz serena y los ojos tristes. pienso en los días que están todos contados. pienso en cómo a veces el tiempo se detiene sobre un hombro, una estrella, un cuadro. trato de no pensar en estas cosas, trato de volver al punto que dejé oculto en el cielo, y pienso, otra vez yo pienso, en lo lejos que estamos, del ruido y del viento, de la noche tibia, del sudor,  y de su risa, de sus manos que no tiemblan, de su boca ancha, de la bondad de tantos besos.

no, no es tan difícil acostumbrarse a las cosas de aquí. al cielo de aquí, al silencio de aquí. sé que es poco probable que compremos otra planta. eso me alivia, como me alivia también que el cactus esté de nuestro lado: dureza inamovible, eternidad filosa que respira.


me detuve a contemplar unos tulipanes blancos tostados por las luces de neón. me doy cuenta de la señora que me mira de reojo desde su carrito motorizado. pasan cosas extravagantes en el walmart. como que una joven con expresión de asombro y de tristeza se detenga a mirar los tulipanes, asustados, al lado del pan.

él me mira con amor, él me llama y yo voy, yo siempre voy. atrás quedan las flores. la señora del carrito se llena de cosas. las cajeras se permiten odiar, con tanta dulzura, con tanta bondad.


las niñas y sus obsesiones. las niñas y sus muñecas de moda. cabeza grande, patas flacas, hilachos de brazos, pelo azul, ojos saltones, boca pequeña. las niñas van poniéndole nombre a sus pequeños monstruos. las niñas bautizadoras, las niñas, tan eficientes, tan inesperadamente frías y calculadoras, se sientan en una esquina para verse jugar. 

las niñas-mosntruo con sus muñecas monstruo van a tomar la ciudad.

Thursday, January 10, 2013


Las abuelas han dicho que ellas siempre han sido buenas. Los nietos lloran con un cuchillo en la mano. Los nietos y la sangre, jodiendo los muebles, los zapatos, las losetas. Todo está abierto. Es navidad. 

Parece que los bebés ya empiezan a estorbar. Los adultos se quejan y van, con la cabeza abierta y los vestidos desgarrados, a tomar la justicia en sus manos.