Sunday, December 9, 2012

qué peligro sentarse sola a esperar. vestirse con un cuidado casi banal. cruzar las piernas como quien quiere provocar. sentarse así, muy derecha, muy natural, muy elegante-casual. qué peligro usar el lipstick que ella me regaló. mac, verve AA1. qué peligro leer los rostros, y las manos de los que se cansan cuando es casi tarde y las oficinas se vacían y la calle los recibe, nos recibe, con toda su bondad de pavimento duro y soledad. qué peligro, quedarse quieto un rato, mirando un horizonte que no existe, tallando una luz para más tarde, acumulando tonos de marrón, verdes, azules, memorizando vestidos cortos, pasos firmes, bocas que por la mañana eran de otro color. qué peligro, la tarea de salir, de amar, de no entender, de aceptar.

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