Wednesday, December 26, 2012

Las muchachas bailan hasta tarde. Hacen círculos, estrellas, mariposas. Están descalzas en medio de la noche. Una mujer que es "la mamá" llega con una sonrisa que ama. Dice la mujer-mamá, con su voz de rosa mojada, y su bata blanca de dormir, que somos preciosas. Nos besa, ella, mientras repite que somos preciosas. Hay que tomar una foto, dice "la mamá", y nosotras, súbitas hijas, eternas hijas, buenas hijas, malas hijas, nos juntamos sonreídas, hechas pura obediencia, puro amor, puro instinto-hija, y posamos como posan las niñas en las fiestas de cumpleaños. No podemos ver la foto porque es una cámara desechable. La mamá, dice la hija primera, sólo usa ese tipo de cámaras. Es parte de la magia-mamá. Se despide, la mamá, con nuevos besos, y con más palabras de amor para las muchachas que desaparecen, otra vez, en el baile y en la noche. Afuera el mundo se acaba. Todos lo saben. Nosotras, las muchachas que bailamos, también.

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