lirios lastimados
debajo de tu voz
esta noche
todo es mío
tus alas y tu golpe
tu odio
guardado aquí
echado a llorar
lo ajeno y tú
los niños ya no juegan
como antes
y los perros ya no aúllan
cerca de mi oído
como cuando el campo
y sus caminos rotos
recibían el saludo incierto
de mi madre
de mi madre
tus pausas vienen a buscarme
¿es tarde ya?
un pájaro canta
una hoja triste cae
esta noche todo es mío
esta noche lleva inscrito
el signo de lo propio
el signo de lo propio
dádiva antigua
esta noche decidimos
no partir el pan
no partir el pan
lirios lastimados
debajo de tu voz
unas llaves, un libro flaco
unos apuntes, un plato pequeño
el recuerdo de esos perros
amarillos
sus dientes afilados
como lirios
la madrugada, los techos de las casas
el rocío, las piedras
los platos en la mesa
las sobras de los días
el recuerdo de esos perros
amarillos
sus dientes afilados
como lirios
la madrugada, los techos de las casas
el rocío, las piedras
los platos en la mesa
las sobras de los días
Y esta hueca, inhumana manía de enumerarlo todo.
No me deja ya.
Llevo 2 meses viviendo en Playa Albina, vengo de Belgrado, soy de Sevilla, alguien me habló de Lorenzo en Madrid justo antes de venir, así que te he descubierto gracias a ellos... Todo esto para decirte que me gustan tus textos y tus fotos y que espero impaciente nuevas entregas.
ReplyDeleteUn saludo cariñoso.
Gracias, Manu. Siempre es una alegría saber que alguien allá afuera (en el mundo) está, de algún modo, dialogando con uno. Así que has venido a parar a esta tierra! Bueno, bienvenido. Que el aura de Lorenzo te acompañe en ese último destino de su vida: la gran Playa Albina, de sus odios y sus amores.
ReplyDeleteUn abrazo,
M